La espalda de sol
[Máxima se despierta y reacciona] Mi sol chiquito. Venga a la espalda de la mamá. [Un movimiento preciso]. El Huguito duerme, beso, mi Huguito, a ver los ojos con sueñito, ese pelo. Un saltito, y abajo. ¡Ya está! Agárrese de la mamá. Corra con saltito, que hace frío. Muy bien. El Huguito se ríe y corre a saltitos. Hay un camión... [Máxima sabe que es joven y se pone seria para saludar al camionero]. Camisaki. ¿Va a Oruro? Lleva patatas, está bien. ¿Tendra lugar? Una guagua chiquita. Y sí, otrita más chiquita, pero viene en el aguayo, no ocupa lugar. Iraqañayari... Rebajame pues, tengo sólo treinta. Gracias. [Sube al niño en la caja y luego ella, primorosamente. Estira el largo de las gruesas polleras sobre la carga de patatas, pone la guagüita en el regazo, envuelta. Acomoda su sombrero, que se ha ladeado demasiado]. Camisaki. [Todos le contestan quedamente y a coro]: Waliki. [Comienza a aparecer el sol y el camión arranca].
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