Backstage
Me costó cuatro semanas escribir sobre Milagros.
Los primeros siete días tuve que luchar con el recuerdo de ese olor que no conocía antes pero comenzó a formarse, súbitamente, con la combinación de distintas sustancias, dándome cada vez ganas de llorar.
¿Cómo decir la magnitud del desastre de esta niña sin proferir (muchas) palabras chocantes?
Y sobre todo, la pregunta: ¿por qué me costó tanto mirarla a los ojos? Al cabo del tiempo encontré una respuesta para mí, aunque no la escribí. Me alegré de verdad por Milagros cuando hice mi pequeño descubrimiento; aunque no creo haber terminado de descifrar el enigma, claro.
Mayo fue una batidora y no me hacía tiempo para postear esta historia pequeñita. Pero por suerte ya escribí: poder poner en palabras fue interpretar, modelar la historia, dar forma al recuerdo con el que yo misma quise quedar.
Los primeros siete días tuve que luchar con el recuerdo de ese olor que no conocía antes pero comenzó a formarse, súbitamente, con la combinación de distintas sustancias, dándome cada vez ganas de llorar.
¿Cómo decir la magnitud del desastre de esta niña sin proferir (muchas) palabras chocantes?
Y sobre todo, la pregunta: ¿por qué me costó tanto mirarla a los ojos? Al cabo del tiempo encontré una respuesta para mí, aunque no la escribí. Me alegré de verdad por Milagros cuando hice mi pequeño descubrimiento; aunque no creo haber terminado de descifrar el enigma, claro.
Mayo fue una batidora y no me hacía tiempo para postear esta historia pequeñita. Pero por suerte ya escribí: poder poner en palabras fue interpretar, modelar la historia, dar forma al recuerdo con el que yo misma quise quedar.
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