Todo se aprende
El asunto más difícil ahora es cómo bajar los cordones de las veredas. Después de un mes de fisioterapia reaprendí a caminar y ya llevo una semana de andar otra vez hacia el trabajo, pero todavía no capto teóricamente si el movimiento es como cuando se camina normal o cuando se baja una escalera, y prácticamente a los pies les da igual, se quedan indecisos en las esquinas de las calles. Por suerte Mariela, que ha pasado por las mismas y este verano se fue de mochilera a Macchu Picchu, me asegura que cuando ha pasado el dolor ya es todo cuestión de paciencia y ejercitarse. ¡Hasta bailaré otra vez! Eso espero :)
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Abrazo!