La mismísima Mme. Cartier
"Un invierno tras otro", decían los mitos escolares, "se pone la misma lana, destejida y vuelta a tejer por ella misma. Sus muñecas se mueven por el aire con las mismas pulseras de plata labrada desde hace décadas. Nunca jamás se le despeina el chignon; su pelo no envejece". La dama pareció siempre insensible al aura de admiración que despertaba entre tanta adolescencia inconsciente que la rodeaba y que ahora, a la vuelta de los años, envidia sin cesar su dulce sonrisa.
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Alicia teje para sus retoñito. La lana es nueva y excelente. La destejió, con amplio gesto de señora, del suéter que hizo para Raúl una ex-recontraex-novia.
Comentarios
No me acuerdo si he escrito algun comment en tu blog. Gracias por la visita. Espero te allá gustado un texto. Me surge la curiosidad de como lo encontraste, pues ya tiene mucho tiempo que le escribí.
Saludos desde México
Constanza estoy muy agradecido por valorar mi texto, si me das tu correo te mando la versión que un amigo me hizo el favor de publicar en un periódico, es un pdf.
Espero podamos compartir más textos. En mi blog hay cosas que me gustaría pudieras leer y comentar.
Saludos