ya está

No queda ni el recuerdo del viento asolando los trigales. La tortuga ha cruzado el enorme camino. Terminó el vocerío de la venta cruel para la huída. Queda Madre, siempre queda Madre. 

(Releer, cuando pueda, con agradecimiento, Las uvas de la ira de Steinbeck. Cuánta coincidencia)

Comentarios