el banquito

Salir del metro al aire frío de la nochecita frente a la casa Batlló. Caminar asegurando que no se vuele la boina. Y quedarte en el banquito mordisqueando una galleta y la libertad y mirando largo rato la casa, la luna y los coloridos turistas pasar y pasar mientras sencillamente estás viviendo, inexistente para el universo mundo.

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