las plumitas

Fénix mira crecer, incrédulo, las plumitas de los innumerables años de inocencia, joven, ignorante, quimérico. Cambiar, pasando por todos los fuegos, sólo por amor; sólo y siempre por amor. Según recuerda Fénix, ésa fue la razón única. Y quien dice amor, dice desamor, también razón poderosa y no menos violenta. Fénix revive estados de conciencia pura y simple, indudable de tan pasada; y suspira, pobre Fénix. Sin lograr vivir para atrás; es ardua la amnesia.

Comentarios