Apunta El Pez Volador

Estoy por necesidad volviendo sobre papeles antiguos y encuentro estos apuntes:

El Pez Volador comenzó como una idea sencillita y todos sabemos cómo siguen esas cosas: igual que la mujer del cántaro -como cuenta la fábula-, sonreímos viendo cómo nuestras ilusiones, ellas solitas, van cobrando formas cada vez más lindas y más grandes, llegan a repartir la leche entre más gente... Tenemos experimentado -como vos también- que las ilusiones son algo tan concreto e irrompible como los cántaros y lo único que puede realmente transformar los cántaros en lo que se quiera o multiplicarlos hasta el infinito.
Nuestro proyecto de voluntariado nació un día cuaquiera por la calle, de repente; había que hacer algo con tanto niñito vulnerado en Salta, con tanto dolor contenido; lo que había que hacer era un teatro de títeres, claro; tan obvio como todo lo anterior era que sería un voluntariado universitario, El Pez Volador. Ante tanta evidencia hay que rendirse y comenzar a actuar lo antes posible. Hicimos consultas a expertos, desde el principio se sumaron algunos alumnos míos y de algunos colegas, y comenzamos un cuentacuentos de títeres para los niños internados y sus cuidadores en el Hospital Materno Infantil de Salta. Desde el primer cuatrimestre de 2006 tenemos ya un poquito de historia que contar y hemos comenzado a reflexionar sistemáticamente sobre nuestro itinerario: la mirada del Pez Volador ha ampliado nuestra propia visión sobre la cultura y el aprendizaje universitarios, la construcción compartida del conocimiento y la naturaleza de las relaciones de la universidad con la comunidad de la que forma parte.
Nuestro proyecto tiene una clara vinculación con la asignatura Psicología del Desarrollo I (Facultad de Humanidades, UNSa), de la que es actividad de extensión. Los alumnos de la asignatura han realizado en ese marco, durante varios años, trabajos prácticos de campo sobre temáticas del programa (principalmente el desarrollo de la función simbólica y de la teoría de la mente) en el contexto de funciones del cuentacuentos. En general los estudiantes consideran que esta estrategia didáctica ha sido significativa en su formación académica y personal. Alguno de ellos destaca que "el trabajo en el hospital nos permitió conectar nuestros propios conocimientos en un espacio además de la educación formal, en un recorte de la realidad. Apreciamos mucho esa posibilidad ya que siempre es gratificante para un alumno el poder intervenir fuera del aula sobre aquello que está estudiando. Además nos permitió identificar problemáticas sobre las cuales se puede intervenir en el futuro. Quizás ya conocíamos el hospital, pero el trabajo de campo nos dio un modo diferente de abordarlo". Algunos de los voluntarios que pasaron por el proyecto son también miembros de un proyecto de investigación del CIUNSa sobre epistemología personal (que está relacionado con lo que hacemos en el hospital). Una de las voluntarias pioneras está terminando su tesis de doctorado sobre una temática relacionada con los voluntariados universitarios, comenzando a cumplir el anhelo de estudiar y teorizar sobre lo que pasa en la extensión universitaria. Habíamos detectado hace años que la extensión universitaria, extrañamente, se muestra como un poco huérfana de teoría; extrañamente, porque todo en la universidad tiene razón de conocimiento a nuestro entender.
El objetivo principal de nuestros cuentos y música para niños en el hospital de niños se traduce en términos de los marcos teóricos que manejamos como ayudar al desarrollo por medio del arte, el juego y la ficción. Comenzamos trabajando con niños vulnerados y continuamos trabajando entre universitarios, en la universidad. En el hospital nos propusimos siempre tener el menor impacto posible, ya que nuestro deseo es que nuestro público siempre varíe, que sea un público poco numeroso, que los chiquitos nos vean una sola vez y se vayan a su casa. Pero a veces no lo conseguimos y nos consuela poder alegrarlos otra vez un rato. Sin buscarlo, hemos sido testigos de sorprendentes desarrollos en la capacidad de comunicación en niños con severos diagnósticos y largo tratamiento. Como escribió un alumno, "en el cuentacuentos se simboliza a placer" y para fomentar esta situación trabajamos sin guiñol, sentados en los mismos bancos que se ofrecen a los niños que pueden desplazarse y a los cuidadores (que siempre están presentes). El personal del hospital de niños, sobre todo las personas con quienes trabajamos durante años más codo con codo, aprecia nuestro sencillo trabajo.
Hicimos actividades específicas para el esparcimiento de los voluntarios y los demás compañeros: comenzamos con funciones de cine-arte y compra de LPC ("libros para leer en la casa") con destino a la Biblioteca de la Facultad de Humanidades. Seguimos entre libros con las sesiones del Club de Lectura (que antes llamábamos "Más libros, más libres"), hasta ahora. En los cálidos agostos de 2008, 2009, 2010 y 2011 desarrollamos una actividad abierta a la comunidad y a todos nuestros compañeros de la UNSa, en el campo de la universidad: El Día del Barrilete, que cumplió los objetivos de ser un espacio de descanso y juego al aire libre, revalorizar los saberes de las personas mayores, promover que las personas se encontraran en la realización de una actividad de interés común (más allá de cualquier diferencia) y acercar a la comunidad al medio, posibilitando la participación de personas que no conocían la UNSa.
En una oportunidad fuimos convocados para participar en un encuentro sobre políticas sociales y universidad, para comunicar nuestra experiencia. Allí tomamos conciencia de que las acciones concretas y con objetivos claros que la universidaad realiza en relación con la comunidad son componentes de las políticas públicas, y ello nos dio una mejor idea de la responsabilidad que nos cabe.
Un voluntario expresó así su experiencia de trabajo: "Los peces no conocemos nada más allá de lo que somos y de dónde somos. Pero algunos peces descubrimos que al hacer bastante fuerza se puede dar un salto y, aún corriendo un riesgo, descubrir otro mundo. Volar a la superficie y sentir cómo en el aire y en el mismo lugar dejamos nuestra huella, que, aún borrada, se ve, porque queda impresa en nosotros mismos".
Con cariño, Constanza

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