El sueño

Hiberna; duerme un sueño sonriente, plácido, blandito, mientras el mundo sigue tragándose a los incautos y a los remolones; sueña con una primavera de luz blanca, de rosas hechas a mano, con el silbo bienamado que aún oye de lejos. La alimenta el continuado fluir del agua de la historia y le respiran los poros en la noche trabajada del humus fresco. El jardinero la enterró palpitante.

Comentarios

Anónimo dijo…
... muy bueno...
lau.