Misterios de la Puna

Seis hombres pequeñitos halan de la vía del tren, con cadenas, a la cuenta de tres. ¡Ahora!, muchas veces. Enderezan los dos perfiles de hierro forjando al sol. Ahora han sacado los tornillos del carril, doblados como muñones pero aún enteros. Hay que unir las partes de la vía. Dos hombres se disponen a usar largas mazas para enderezar los tornillos, rodeados por el silencio de los demás. A ver, a ver, quién le contesta al canadiense, que no puede dejar de mirar con la boca abierta, y ha logrado articular en español: “¿Por qué no ponen tornillos nuevos?”

Comentarios

Anónimo dijo…
Eso! por qué no ponen tornillos nuevos? Esto me recuerda una escena que contemplé el día de la apertura de curso de la Universidad: dos doctores muy serios se sentaron con sus sogas dos filas delante de mí. De repente uno de ellos sacó de la silla un tornillo y le preguntó seriamente al otro "¿es tuyo?" La respuesta fue una mirada que taladró tanto al que hizo la pregunta como al tornillo, creo!

Luna
Coni Danegger dijo…
Los misterios a veces son "para algunos". Me parece que estoy por decir algo que no debiera, por pudor, decir, pero ahí vamos:¡en la Puna no es un misterio que (a veces) no hay tornillos nuevos que poner, y si lo sabes eso explica todo!
Me hizo gracia el humor académico de tus profesores...
Corina Dávalos dijo…
Después de la pregunta del canadiense, también se quedaría boquiabierto alguno de los que miraba: cómo, todavía no se ha dado cuenta el gringo éste?
Saludos!