Todo se aprende

El asunto más difícil ahora es cómo bajar los cordones de las veredas. Después de un mes de fisioterapia reaprendí a caminar y ya llevo una semana de andar otra vez hacia el trabajo, pero todavía no capto teóricamente si el movimiento es como cuando se camina normal o cuando se baja una escalera, y prácticamente a los pies les da igual, se quedan indecisos en las esquinas de las calles. Por suerte Mariela, que ha pasado por las mismas y este verano se fue de mochilera a Macchu Picchu, me asegura que cuando ha pasado el dolor ya es todo cuestión de paciencia y ejercitarse. ¡Hasta bailaré otra vez! Eso espero :)

Comentarios

Anónimo dijo…
Bailar, ¿quién supiera?
Corina Dávalos dijo…
Pero...¿qué te ha pasado??!! Espero que estés bien, o mejor, al menos. Abrazo!
Coni Danegger dijo…
¡Hola, tanto tiempo! Estoy aprendiendo ahora a andar lentamente como las tortugas, al ritmo cadencioso de las muletas; muy interesante. Los niños me miran con descaro y algunos hasta saludan, de pura e ingenua envidia. Tengo un esguince que se está curando y que me hice al doblar el inolvidable el talón de Aquiles... pero no tiene nada que ver con la tendinitis, que al fin va bien. ¡Ya tengo permiso médico para nadar otra vez! (Avanti! Avanti! :)!!
Corina Dávalos dijo…
Menos mal, pensé que era algo más grave. Me alegra que ya tengas bandera verde para andar...te veo bailando dentro de muy poco;)
Abrazo!
Coni Danegger dijo…
Eso es, eso es