cerrar la puerta

Vivo esto como inusitado, algo profundamente local. El sábado a la noche no pude entrar al Barcelona Beer Festival porque se llenó el lugar (que anunciaba un aforo de 600 personas) y cerraron la puerta; al mediodía siguiente sí estuve dentro y comprobé que el lugar estaba llenísimo, con todos como dándonos de codazos cerca de las barras aunque había lugar para sentarse, para charlar y estar tranquilo disfrutando de la cervecita. Hoy llegué diez minutos antes de que empezara una conferencia sobre neurociencia en la Casa Elizalde, un centro cívico, y ya habían cerrado la puerta. Paciencia: una sonrisa y a hacer otra cosa.

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