Compré un libro

Compré un libro en internet para mi tesis. Me ilusionaba que llegara el correo un día cualquiera, como en Madrid, con el paquete… sólo que más lento, claro: lo compré en febrero y estamos en pleno abril.
Efectivamente, el sábado llegó el correo, pero para comenzar una especie de ceremonial o rendez-vouz: mi libro está en la aduana y debo rescatarlo de allí. Debo ir munida de la tarjeta bien formal que me dejaron, llena de datos, y mi pasaporte.
¡Me hizo tanta gracia ver tanto respeto, que entiendo tan perfectamente! No sé si logrará imaginar el lector: en primer lugar, un libro, un buen libro, y nuevo; en inglés; llegando desde el extranjero. No sé cómo me acostumbré tan rápido en Madrid a que hubiera libros así por todas partes.
Puedo hacerme un tiempo mañana tempranito; me vestiré con un poco de esmero e iré a la aduana. No es cuestión de andar despreciando la reverencia y cortesía del empleado que me atenderá. Y tampoco es cuestión de despreciar mis propios sentimientos: será mi primer libro comprado en Salta…

Comentarios

FATU >* dijo…
hola coni! soy faty! con ganas de saber cómo termino el tema del libro!!! jajaj q emocion!! jaj nos tamos viendo..
FATU >* dijo…
hola coni! soy faty! te escribo pa q me cuentes como terminó lo del libro! jaj q emocion!! ahora ya tamos en mayo... espero q hays tenido suerte besos
Coni Danegger dijo…
Efectivamente, "emoción" es una buena palabra para decir qué me pasó con todo esto. El trámite fue un poquito más largo de lo que esperaba. El señor de la Aduana me preguntó si era la primera vez que recibía algo por ese medio (sí). Entonces que no me iba a cobrar la tasa de recargo; porque sólo se puede pasar sin pagar, por año, el valor de 25 dólares, y mi libro costó 38,50. (Me pareció una cuota bien corta y que tendría que ingeniármelas si necesitaba otro libro este año. En fin, son las reglas del juego). Pero todo fue tan formal y atento como preveía. ¡Faty, saludos!
E. G-Máiquez dijo…
Preciosa entrada, que me ha recordado a Montaigne (que también pasaría sus dificultades para conseguir libros) cuando se vestía de etiqueta para leer.
Coni Danegger dijo…
Enrique, me has hecho reír ¡y eso hace que tu comentario valga, al menos, el doble!